Colaboraciones

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El Dios Tierra
El Dios Tierra

Un ameno y reflexivo texto sobre los prodigios de la naturaleza y nuestra responsabilidad como herederos de la Tierra.
Un ameno y reflexivo texto sobre los prodigios de la naturaleza y nuestra responsabilidad como herederos de la Tierra.

*Versión pdf

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Hace mucho tiempo, cuando todavía no nacían nuestros abuelos, la tierra era más bonita. El agua de los ríos y los arroyos era cristalina. Había más bosques y más animales. En ese tiempo no existían los automóviles ni había fábricas, no había contaminación. La gente tomaba agua de los manantiales, de los arroyos y de los ríos. Respiraba aire puro. La tierra era muy bella y era cuidada por el Dios Tierra.

El Dios Tierra nació cuando nacieron los primeros hombres. De vez en cuando les recordaba a los hombres que tenían que cuidar la tierra y no abusar de ella, y los hombres eran obedientes, aunque no lo escuchaban, pues el Dios Tierra no podía ser escuchado por los humanos, eran como sueños.


A veces el Dios Tierra se detenía para admirar la belleza de lo que ahora es México, desde la parte norte con sus grandes desiertos hasta la parte sur con sus majestuosas selvas. Y el Dios Tierra les hablaba a los hombres y les decía: "hombre: eres privilegiado, aquí hay plantas y animales que no existen en otro lugar del planeta".

Un día el Dios Tierra desapareció, y cuando volvió, después de varios años, vio que los habitantes de la tierra tenían muchas necesidades que no podían cubrir. Entonces, el Dios Tierra les dio poder a los hombres. Les dijo: "hombres de la tierra: les concedo sabiduría para que desarrollen todo aquello que les facilite la vida, pero sin que dañen a la tierra, sin que disminuyan su belleza". Y el Dios Tierra desapareció.


A partir de ese momento los hombres comenzaron a inventar y a descubrir cosas que les daban satisfacciones, pero al mismo tiempo les creaba deseos desenfrenados por saber más y más, y cuando descubrieron el petróleo y la electricidad se olvidaron de las advertencias del Dios Tierra y creyeron que podían ser felices con lo que hacían.

Cuando el Dios Tierra volvió, se encontró con una tierra semidestrozada. Inmediatamente fue a su región preferida: México, y descubrió con tristeza que había perdido parte de su belleza. Buscó a sus animales consentidos y ya no los encontró. Buscó a sus árboles consentidos, y tampoco los halló. Había humo por todas partes, que provenía de fábricas, automóviles y quema de bosques. Había también mucha luz artificial, pues el hombre comenzó a despreciar la noche. Quería luz, aunque para ello tuviera que quemar petróleo.

Entonces, el Dios Tierra decidió convocar a los hombres para que parara aquella destrucción. Les decía: "hombres de la tierra: están dañando el lugar donde viven". Pero los hombres estaban tan ocupados destruyendo el planeta que no les hacían caso a sus sueños. Y el Dios Tierra decidió abandonarlos, se fue.

Al poco tiempo, el Dios Tierra regresó. Sabía que, si dejaba a los hombres en plena libertad, destruirían la tierra. Comenzó a llamar a los hombres a que formaran grupos en defensa de la tierra. Les decía: "hombres de la tierra: ahora es el momento, todavía tienen oportunidad de salvarla. Ya no quemen el petróleo, consérvenlo para otros usos. Tienen el sol, el viento y el agua. Estas fuentes de energía les darán la electricidad que necesitan y no contaminarán la tierra".


El Dios Tierra se fue después de ver que muchos hombres cambiaron y se interesaron por los beneficios que les traería el uso de las energías renovables.


Años después el Dios Tierra volvió y vio a mucha gente trabajando por el bien del planeta. Vio grandes máquinas girando con la fuerza del viento, que generan electricidad. Vio también muchos sistemas sobre las casas, que con la luz del sol generan electricidad. El Dios Tierra se marchó satisfecho, pero pronto volverá para admirar las bellezas naturales de este hermoso país.


Por:
Ubaldo Miranda Miranda, umiranda@ineel.mx