Colaboraciones

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Mi extraño encuentro con Julio Verne en el Infierno
Mi extraño encuentro con Julio Verne en el Infierno

*Versión pdf

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Introducción
Introducción

¿Quién lo hubiera imaginado?, de repente, presa de un terrible pánico, me encontraba sujetada con firmeza del mástil de una rústica balsa, junto con Axel. En ese momento recordé que no sabía nadar. ¡Dios!, pero ¿qué estaba yo haciendo en medio del océano, y además, con otros dos hombres que no conocía? ¡Qué extraña locura era esa! Pero, ¿cómo fui a dar ahí? Quise gritar, pero mi grito se ahogaba en mi garganta. Después comenzamos a caer estrepitosamente y de súbito, cuando pensé que moriríamos al caer, una extraña fuerza nos impulsó hacia arriba. Ahora sí que ya me morí y estoy en el infierno -pensé-. Esto será per secula, seculorum... Esto, sin duda, es el infierno, me repetía a mí misma, y justo cuando Axel y yo, junto con aquellos dos hombres, éramos prácticamente lanzados hacia el vacío, por aquella tremenda fuerza, desperté, bañada en sudor. Menos mal que era sudor.

Vaya, vaya, leer "Viaje al Centro de la Tierra" me impactó mucho más de lo que yo pensaba, reflexioné conforme me preguntaba: ¿por qué razón? Había visto la película hace muchos años, pero nada que ver con leer el libro. Y ahí estaba yo, pensando y pensando, ¿cómo es posible que se viaje al centro de la tierra y de repente, la tierra "escupa" a esos visitantes, esos seres humanos; acaso será como una especie de autoprotección contra lo que ella misma, seguramente, reconoce como uno de sus principales depredadores.

Mi curiosidad era tal que visité a un muy buen amigo, el gentil Vicente Torres, un ingeniero mecánico que, por azares del destino, se ha dedicado a estudiar la geotermia.

Cuando le platiqué mi sueño le hice pasar un buen rato, porque rió hasta cansarse. Una vez que terminó de reir amablemente me explicó cómo es que pudo haber sucedido que la tierra expulsara a esos seres que osaron internarse en sus entrañas. Me dijo que era algo muy simple de explicar... ¡sí, claro!, le respondí. Me dijo que hace poco había tenido unos alumnos muy pequeños, entre 9 y 15 años. Y que tenía que hablarles en un lenguaje sencillo sobre cómo funciona esto de la geotermia. Me comentó que al principio le fue difícil, pues estaba acostumbrado a dar pláticas a gente del sector energético, muy versada en el tema, pero hablar del asunto con niños era algo que nunca había hecho. Y, entonces, me daría más o menos la misma explicación; aunque yo ya tengo sesenta años mi conocimiento del tema iguala a la de aquellos pequeños.

Como preámbulo, el ingeniero Torres me explicó que la geotermia, para su estudio, se divide en dos partes; la que es para la generación, que rebasa los 95°C, y la otra que es para usos directos menor a los 95°C.

Continuando con su explicación, Vicente me dijo que la geotermia para generación es la que se utiliza en las centrales geotérmicas. Aunque el proceso es algo complejo, en pocas palabras, es aprovechar el vapor del subsuelo, cuya temperatura crece a mayor profundidad. Este vapor se extrae por medio de tuberías y se conduce hasta una central, una vez ahí, se separan el vapor y el agua utilizando un dispositivo llamado separador ciclónico. Luego el vapor impulsa los álabes de una turbina acoplada a un generador eléctrico, el cual al girar genera energía eléctrica.

Este tipo de energía es limpia y sustentable, ya que el agua que se utiliza regresa a las tuberías y se vuelve a iniciar el proceso.

En México existen varios puntos en donde se encuentran manifestaciones geotérmicas. La Comisión Federal de Electricidad opera cuatro campos geotérmicos:
Cerro Prieto, en Baja California.
Los Azufres, en Michoacán.
Los Humeros, en Puebla.
Las Tres Vírgenes, en Baja California Sur.

Como dato interesante, Vicente me dijo que los países por orden de capacidad geotermoeléctrica instalada (a diciembre de 2018) son:
1. Estados Unidos
2. Indonesia
3. Filipinas
4. Turquía
5. Nueva Zelanda
6. México
7. Italia

Como información histórica, mi buen amigo Vicente me contó que a fines de 1958 se inauguró el campo geotérmico Pathé, en Hidalgo. Esta fue la primera planta geotermoeléctrica en América y funcionó parcialmente hasta 1973, cuando fue desmantelada. Esto se debió a que de repente ya las emanaciones de vapor no fueron suficientes y terminó su vida útil.

Actualmente la central geotérmica más grande de México es la de Cerro Prieto.

Geotermia para usos directos
Geotermia para usos directos

Al parecer este tema es algo más comprensible para los simples mortales.

Este tipo de energía se utiliza en: tintorerías, cultivo de setas, refrescos carbonatados, pasteurización, calefacción de suelos (viveros), baños termales, bombas de calor geotérmicas, entre otros.

Para entender un poco más este tema, Vicente me obsequió la copia de unas gráficas sobre el funcionamiento de una central geotérmica y los usos directos de la energía geotérmica, los cuales anexo a esta historia.

Y así, gracias al conocimiento y gentileza del ingeniero Vicente Torres, entendí cómo el poder del calor de la tierra hizo posible que yo fuera lanzada por los aires, junto con Axel, el Profesor. Lidenbrock y Hans, en una experiencia singular y en un lugar que para mí fue como estar en el infierno, por unos sofocantes minutos que se me hicieron eternos.


Por:
Ofelia Mora Cortés, omora@ineel.mx


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¿Quién lo hubiera imaginado?, de repente, presa de un terrible pánico, me encontraba sujetada con firmeza del mástil de una rústica balsa, junto con Axel. En ese momento recordé que no sabía nadar. ¡Dios!, pero ¿qué estaba yo haciendo en medio del océano, y además, con otros dos hombres que no conocía? ¡Qué extraña locura era esa! Pero, ¿cómo fui a dar ahí? Quise gritar, pero mi grito se ahogaba en mi garganta. Después comenzamos a caer estrepitosamente y de súbito, cuando pensé que moriríamos al caer, una extraña fuerza nos impulsó hacia arriba. Ahora sí que ya me morí y estoy en el infierno -pensé-. Esto será per secula, seculorum... Esto, sin duda, es el infierno, me repetía a mí misma, y justo cuando Axel y yo, junto con aquellos dos hombres, éramos prácticamente lanzados hacia el vacío, por aquella tremenda fuerza, desperté, bañada en sudor. Menos mal que era sudor.

Vaya, vaya, leer "Viaje al Centro de la Tierra" me impactó mucho más de lo que yo pensaba, reflexioné conforme me preguntaba: ¿por qué razón? Había visto la película hace muchos años, pero nada que ver con leer el libro. Y ahí estaba yo, pensando y pensando, ¿cómo es posible que se viaje al centro de la tierra y de repente, la tierra "escupa" a esos visitantes, esos seres humanos; acaso será como una especie de autoprotección contra lo que ella misma, seguramente, reconoce como uno de sus principales depredadores.

Mi curiosidad era tal que visité a un muy buen amigo, el gentil Vicente Torres, un ingeniero mecánico que, por azares del destino, se ha dedicado a estudiar la geotermia.

Cuando le platiqué mi sueño le hice pasar un buen rato, porque rió hasta cansarse. Una vez que terminó de reir amablemente me explicó cómo es que pudo haber sucedido que la tierra expulsara a esos seres que osaron internarse en sus entrañas. Me dijo que era algo muy simple de explicar... ¡sí, claro!, le respondí. Me dijo que hace poco había tenido unos alumnos muy pequeños, entre 9 y 15 años. Y que tenía que hablarles en un lenguaje sencillo sobre cómo funciona esto de la geotermia. Me comentó que al principio le fue difícil, pues estaba acostumbrado a dar pláticas a gente del sector energético, muy versada en el tema, pero hablar del asunto con niños era algo que nunca había hecho. Y, entonces, me daría más o menos la misma explicación; aunque yo ya tengo sesenta años mi conocimiento del tema iguala a la de aquellos pequeños.

Como preámbulo, el ingeniero Torres me explicó que la geotermia, para su estudio, se divide en dos partes; la que es para la generación, que rebasa los 95°C, y la otra que es para usos directos menor a los 95°C.

Continuando con su explicación, Vicente me dijo que la geotermia para generación es la que se utiliza en las centrales geotérmicas. Aunque el proceso es algo complejo, en pocas palabras, es aprovechar el vapor del subsuelo, cuya temperatura crece a mayor profundidad. Este vapor se extrae por medio de tuberías y se conduce hasta una central, una vez ahí, se separan el vapor y el agua utilizando un dispositivo llamado separador ciclónico. Luego el vapor impulsa los álabes de una turbina acoplada a un generador eléctrico, el cual al girar genera energía eléctrica.

Este tipo de energía es limpia y sustentable, ya que el agua que se utiliza regresa a las tuberías y se vuelve a iniciar el proceso.

En México existen varios puntos en donde se encuentran manifestaciones geotérmicas. La Comisión Federal de Electricidad opera cuatro campos geotérmicos:
Cerro Prieto, en Baja California.
Los Azufres, en Michoacán.
Los Humeros, en Puebla.
Las Tres Vírgenes, en Baja California Sur.

Como dato interesante, Vicente me dijo que los países por orden de capacidad geotermoeléctrica instalada (a diciembre de 2018) son:
1. Estados Unidos
2. Indonesia
3. Filipinas
4. Turquía
5. Nueva Zelanda
6. México
7. Italia

Como información histórica, mi buen amigo Vicente me contó que a fines de 1958 se inauguró el campo geotérmico Pathé, en Hidalgo. Esta fue la primera planta geotermoeléctrica en América y funcionó parcialmente hasta 1973, cuando fue desmantelada. Esto se debió a que de repente ya las emanaciones de vapor no fueron suficientes y terminó su vida útil.

Actualmente la central geotérmica más grande de México es la de Cerro Prieto.

Geotermia para usos directos
Geotermia para usos directos

Al parecer este tema es algo más comprensible para los simples mortales.

Este tipo de energía se utiliza en: tintorerías, cultivo de setas, refrescos carbonatados, pasteurización, calefacción de suelos (viveros), baños termales, bombas de calor geotérmicas, entre otros.

Para entender un poco más este tema, Vicente me obsequió la copia de unas gráficas sobre el funcionamiento de una central geotérmica y los usos directos de la energía geotérmica, los cuales anexo a esta historia.

Y así, gracias al conocimiento y gentileza del ingeniero Vicente Torres, entendí cómo el poder del calor de la tierra hizo posible que yo fuera lanzada por los aires, junto con Axel, el Profesor. Lidenbrock y Hans, en una experiencia singular y en un lugar que para mí fue como estar en el infierno, por unos sofocantes minutos que se me hicieron eternos.


Por:
Ofelia Mora Cortés, omora@ineel.mx